lunes, 19 de septiembre de 2011

31

Perdona, Señor, nuestros pecados





Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en que Dios no encuentra mi delito ni engaño.

Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, señor, mi gran delito y tú me has perdonado.

Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden.

Alégrense con el Señor y regocíjense los justos todos, y todos los hombres de corazón sincero canten de gozo

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