domingo, 11 de septiembre de 2011

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Dichoso el hombre que teme al Señor.





Dichoso el hombre que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien.

Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa.

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor : "Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida"

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