miércoles, 21 de septiembre de 2011

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Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna







La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y y hacen sabio al sencillo.

En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino.

La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.

Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación.

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