lunes, 19 de septiembre de 2011

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Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.






Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor y no acude a los idólatras, que se extravían con engaños.

Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste,en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: "Aquí estoy!

En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón.

He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor

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